El bosque tenebroso de alzaba sobre la muchacha del traje blanco, ella en medio de la oscuridad estaba inmóvil, llorando sin cesar, pero las lágrimas no eran de agua sino de sangre, una sangre puramente roja, que se le mezclaba con la piel, poco a poco una sombra apareció tras ella, y un ángel de alas negras y ojos oscuros la agarró fuertemente posándole una daga expectante en el cuello, la sangre se derramaba, y seguía y seguía sin parar, más y más cayendo por sus hermosos pómulos blanquecinos, la muchacha levantó la cabeza y su cara.... hermosa y de ojos cual zafiro, no parecía asustada sino.., como si lo estuviera esperando, sin dudar. Era una muñeca rota y vacía sin ningún tipo de sentimientos, una carcasa, un simple tarro de porcelana. Una voz tenebrosa resonó por todo el bosque.
- SANGRE.- dijo la voz.
Entonces, con una gracia inhumana y con un solo movimiento, el ángel deslizó la daga por el suave cuello, dejando un rastro rojo. Ella cayó, el sonido del golpe se mezcló con los árboles, pero ella ya no sentía, ella ya no respiraba, ella... ya no estaba… mirada sin horizonte, labios sin ternura, rostro sin vida, agónica muerte. Solo se percibía el olor a sal y metal, cuyo líquido se extendía lentamente por la hierba marchita de un bosque perdido en el infierno mas lejano.
- SANGRE. -repitió la voz. Y una sonrisa de cruel triunfo se poso en los oscuros labios del ángel.
q tenebroso...=S
ResponderEliminar